viernes, 30 de mayo de 2025

Historia de Carúpano de Tavera Acosta 1

Historia de Carúpano

Autor: Tavera Acosta



CAPITULO I

Situación astronómica de Carúpano — Población, casas, calles — Configuración topográfica — Terrenos donde se edificó la ciudad — Altura sobre el nivel del mar — Tem-peratura — Límites del Distrito Bermúdez — Origen del vocablo Carúpano — Maraka-pana y Makara-pana — Riachuelos — Puerto Santo, primera parroquia eclesiástica — El Illmo. Obispo López de Haro — Primera iglesia de Carúpano-Arriba — Río Caribe — San José de Aerocuar y sus parcialidades — Fundación de Carúpano en parroquia eclesiástica — El Illmo. Obispo Pérez Lozano — El Gober-nador Espinosa de los Monteros — Segunda iglesia de Carúpano — El Pbro. García del Aguila Alcalá — Su primer registro de nacimientos — Curiosa introducción — Obispos que visitaron dicha capilla — Su desaparición — Gobernadores de la Provincia en el siglo XVI — Fun¬dación de Cumaná — Expedición de Diego Fernández de Serpa —

Carúpano, hoy capital del Distrito Bermúdez, Estado Sucre, Venezuela, está situada en la costa norte de las regiones orientales de esta República, a orillas del mar de los Caribes o de las Antillas. “Su posición geográfica, calculada sobre la colina de El Faro, a la entrada del puerto, extremo norte de la ciudad es: Latitud, 10’ 40’ 20” Norte; Longitud, 63’ 14’ 25” Oeste de Greenwich, o 65’ 25’ 3” al Oeste de París, o 3’ 41’ 1” al Este de Caracas. Su población es de 25.000 almas con sus caseríos; 15.000 habitantes la ciudad, con 2.123 casas y 500 chozas, que ocupan trescientas hectáreas, más o menos, en una superficie llana diez veces mayor, con doce calles longitudinales de Norte a Sur, de 500 a 2.300 metros de largo, con un total de 27 y medio kilómetros”. La más larga de estas calles es la denominada de la Independencia, que mide casi media legua.

La configuración topográfica de la ciudad es plana, con serranía que demora al naciente y se dilata hasta el Sur de la población. Frente a esa serranía se levanta casi paralela otra fila de cerros mucho más elevados. Algunas colinas quedan hacia el Norte, detrás de la calle de la Marina o del Puerto, el cual tiene la de “El Faro” (o sea el collado “Guzmán Blanco”) a la derecha, y el cerro conocido con el nombre de “La Vigía”, a la izquierda, demarcándolo como dos colosos constantemente prestos a su defensa.

Según documentos de familia, el terreno en donde fue edificada la actual ciudad, era propiedad del teniente coronel Carlos Navarro Gómez de Saa, comprendido junto con otros valles circunvecinos en las tierras que le concedió el Rey a mediados del siglo XVIII.

El mar baña sus costas por el Norte; su altura sobre el nivel de las aguas del Caribe, es de diez metros y su temperatura media mensual no excede de 289C.

Los límites oficiales del Distrito Bermúdez, según se ven en su Gaceta Municipal, de fecha 31 de diciembre de 1911, publicados allí, sin fecha, son los siguientes:

“Por el Norte, con la costa del Mar Caribe, desde la boca de la quebrada de Lebranche, en la ensenada del mismo nombre, hasta la ensenada de Las Playuelas.

“Por el Este, por una línea recta Norte-Sur, desde la ensenada de Las Playuelas hasta la cumbre de la Cervatana.

“Por el Sur, por una línea tirada desde la cumbre de la Cervatana, punto de intersección de los tres Distritos Ber¬múdez, Benítez y Arismendi, a las cumbres de Palo de Agua, Guaneo, Maturincito, Caratalito, Sacamanteca, Corozal, La To¬ma, Mundo Nuevo, Si Dios Quiere, Ceiba, Soro, Cangua y Buena Esperanza, de donde se regresa por el Oeste de Cangua, de allí se baja por el río Casanai abajo, a la casa del señor Manuel Yáñez, y de donde se sigue  por el cementerio viejo de Casanay y faldeando el cerro de Buena Vista se llega a las Tres Puertas, de donde se sigue por el camino real hasta la cumbre del cerro de Areo.         '

“Por el Oeste, por una línea que bajando el cerro de Areo, se dirige al Noroeste y toma las cumbres vecinas, en la misma dirección, para terminar en la ensenada de Lebranche”.

Estos linderos parece que se pusieron en vigencia desde marzo de 1916; pero según personas conocedoras de la localidad, los verdaderos límites deberían ser los que a continuación se expresan:

Por el Norte: — El Mar Caribe, desde el Morro de Lebranche, hasta la altura que demora entre Las Playuelas y Los Bajos.

Por el Oriente: — Desde la indicada altura, siguiendo al S-E. por cumbres hasta la de “La Cerbatana”; desde este punto al S-O, por las cumbres de Canaima, Maturincito y Caratalito, a pasar por entre Sacamanteca y El Charcal y centro de Chuparipari; de aquí al S. pasando al Este por Mundo Nuevo, Periquito, Los Mereyes, Canelal, La Ceiba y La Perla, pasando por el centro de Agua Fría hasta llegar a un punto al Oeste de Múcura señalado con una cruz (límite con el Distrito Benítez) en la ribera Norte del caño de Sanjuán.

Por el Sur: — Desde el punto marcado con la expresada cruz, por la misma margen del Sanjuán y las de las lagunas de Putucuari y Corozal.

Por el Oeste: — De la orilla de la laguna de Corozal, al Oeste de Corozal de la Tabla, siguiendo al N-E. hasta las Tres Puertas; y de este punto hacia el Norte hasta el Morro de Lebranche.

El origen del vocablo Carúpano, así como el de Maca- rapana, son puramente indígenas; pero el primero ha sufrido alteración en el final de su eufonismo primitivo, y de consi guíente en la escritura castellana. El verdadero término es Karú-pana, que significa en lenguajes Uainimaneses (Nu- Aruak): casa de tierra o tierra que tiene casa.

Cuanto al vocablo compuesto Makarapana, ignoramos su equivalencia en castellano, si bien la final pana significa casa, sitio, residencia. Por otra parte, no hay que confundirlo tampoco con la otra palabra india Marakapana (Sanjuán de Maracapana, cerca de Cumaná, v. gr.) nombres ambos de sendos caciques principales que encontraron los conquistadores a principios del siglo XVI, cuando sus primeras incursiones en Tierra-Firme, en la vecindad del río Chiripichi o Chiribichi, cuyo nombre cambiaron los castellanos por el de “Manzanares” que es con el que se conoce el río junto al cual moraba el cacique Cumana, apellido que aún parece conservarse en esas regiones.

Kumana es vocablo indio que quiere decir frijol; kumana- coa, sitio o lugar abundante en frijoles. Ambos corresponden también a lenguajes Uainimaneses y de ninguna manera a los dialectos Paríanos o Caribes que se hablaron en las regiones orientales de Venezuela, como el Uaikerí, Kumana-goto, Chaima, Píritu, Palenke, etc. Por las muchas voces Uainimanesas que aún se advierten en la toponimia de esas localidades, no sería aventurado decir que allí residieron en tiempos pasados familias moradoras hoy del Sur de Venezuela, que emigraron antes de la llegada de los blancos invasores, o que se fueron alejando después del arribo de éstos.

Macarapana es el nombre de un pueblecillo a orillas del riachuelo llamado Chuari, a unos cinco kilómetros, más o menos distante de Carúpano. El curso de este riachuelo llegaba antiguamente hasta el mar, desembocando en la playa que llaman de “Tío Pedro”, vecina derecha del puerto de Carúpano. El Chuari apenas tiene hoy agua hasta llegar al sitio de “El Paso”. Cuarenta años atrás llegaba hasta “El Maco”. De “El Paso” al mar, ha desaparecido por completo gracias a la tala de las selvas de sus vertientes.

Carúpano fue también el nombre de otro riachuelo, a cuyas riberas estuvieron las primeras casas del pueblecillo de Carúpano-Amba, hacia 1645. Este riachuelo hace muchísimos años que no corre hasta el mar.

Antes de fundarse la ciudad que hoy se conoce, ya para 1647, había además de Puerto Santo, algunos caseríos situados en los valles vecinos, como Carúpano-Arriba, Macarapana, Gua- yacán, Areocuar, Caratacuar, con más de cuatrocientos habi¬tantes todos ellos, “así de labradores ricos que traficaban entre Margarita y Tierra-Firme, como de indios, negros y mulatos”, según los informes del Illmo. Obispo de Puerto Rico Fray Damián López de Haro, deudo del Gobernador de Cumaná Juan López de Haro, abuelo de José Leonardo López de Brito y Haro, antecesor de los Brito de Cumaná, Margarita y Carúpano. Ese Prelado escribió en la Asunción, capital de la isla de Margarita, lo referente a esas regiones en su libro de visitas.

Puerto Santo fue la primera parroquia eclesiástica que se erigió por aquellos contornos, y a su jurisdicción pertenecían las ya mencionadas parcialidades. En aquel año de 1647 la visitó, como se ha dicho, el Obispo López de Haro, como que en jurisdicción diocesana de su cargo entraba no sólo Puerto Rico, sino también la Provincia de Nueva Andalucía, inclusive los territorios de Cumanagotos, Guayana y Caura. Como conse¬cuencia de esa visita y hallándose de regreso, en Margarita, dispuso en 23 de diciembre, se construyese una iglesia en el incipiente caserío de Carúpano-Arriba. La capilla se alzó bajo  la advocación de Santa Rosa de Lima y fue la primera que hubo en la jurisdicción de la parroquia de Puerto Santo. Esta capilla duró casi tres cuartos de siglo, pues fue destruida por un incendio ocurrido en la noche del 24 de octubre de 1722.

Tras la visita de aquel Prelado, o sea en 1650, llegaron los Misioneros Aragoneses, y quince años más tarde empezaron a edificarse las primeras casas en el puerto de Carúpano-Arriba, que es hoy el puerto de Carúpano (1665).

Salvo la parroquia de Puerto Santo, no existía ningún pueblo por aquellos parajes. El de Río Caribe vino a estable¬cerse a principios del siglo XVIII.

Para 1720 ya estaba fundado, así como también existían algunas casas de techo de palmas en el puerto de Carúpano- Arriba, “como a media legua distante” de dicho caserío, es decir, en el actual puerto de Carúpano. Creada luego la parroquia de San José de Areocuar, las parcialidades de la de Puerto Santo pasaron a integrarla.

Para 1738 era el capitán Pedro López de Pedrosa y Brito Teniente Justicia de los valles de Tierra-Firme, con residencia en Río Caribe.

Para 1761, la jurisdicción territorial demarcada al Te¬niente Justicia de Río Caribe, era la siguiente: “por la costa desde el puerto de La Esmeralda por barlovento dando vuelta a toda la costa de Paria, por el golfo Triste hasta la boca del río Guarapiche y todo el terreno que hay a barlovento desde el cerro de Areo con sus caminos conocidos, quedando en su jurisdicción los pueblos de doctrina de los religiosos aragoneses, titulados San José, Rincón, Pilar y San Francisco de Chaca- racuar, como también las misiones de los mismos religiosos, nombradas Coicuar, Uñare, Irapa, Soro y Amanita e igual¬mente dicho pueblo de Río Caribe y su inmediato de Carúpano, con los valles y haciendas que ocupan los habitantes españoles”.9 El pueblo de Carúpano vino definitivamente a estable¬cerse en parroquia eclesiástica, en 1742, un poco más abajo del caserío de Carúpano-Arriba, siguiendo el curso de su ria¬chuelo. Erigióla bajo la misma advocación de Santa Rosa de Lima el Illmo. Obispo de Puerto Rico doctor Francisco Pérez

» Archivo Nacional, Caracas, Visitas Públicas, N$ I, volumen 39 — Informe del Gobernador coronel José Diguja Villagomez.

Lozano, de acuerdo con el Gobernador de Nueva Andalucía Gregorio Espinosa de los Monteros, Brigadier de los Reales ejércitos y más tarde Marqués del Monte Olivar.

Al efecto, “desmembraron del numeroso pueblo de indios de San José, a cuyo curato estaban anexos, los distritos nombra¬dos Guayacán, Canchunchú, Cariaquito, Guayacancito, Cusma y Macarapana”, y los agregaron a Carúpano, calculándose la pobla-ción de toda la parroquia en cerca de dos mil almas, según relación del cura párroco, cuya manutención costeaban a prorrata los vecinos.

Las casas habían empezado a construirse en el punto denominado “Pueblo Nuevo”, tendiendo a ensancharse acer-cándose al puerto; y la segunda capilla se alzó en el terreno que demora frente al actual cementerio, a inmediaciones del extinguido campo-santo de Carúpano-Arriba. Esa capilla se inauguró el 5 de abril de 1743. Consagróla su primer cura el Presbítero bachiller José Francisco García del Aguila Alcalá, bajo cuya dirección se levantó costeada por todos los vecinos.

Por cierto, que es original la nota que aparece como proemio en el folio 29 del Libro I, destinado a registro de bautismos. Dice así, literalmente:

“Coloqué estta sancta Iglecia oy Viernes de los Dolores de María SSma. Sra. ntra. que se contaron sinco de Abril de este año de 1743. Hechose suertes sobre el titular de dicha Igla. pr no tenerle, pues solmte se veneraba antme Sta. Rosa por Patrona del pueblo y la hermita indecente qe auía no tenia tutela y fué preciso ponerle y salió Sancta Cathalina de Sena que es de la misma Religión por la Patrona de la Gusmana familia. — Orate pro me. (Hecho por el Br. Don Joseph Franc9. Garzia del Agvila, Primer Cura Rector pr el Rey de esta Iga. Parrochial de mi madre y denota mia Sta. Rosa de Carúpano). 

El primer bautizo que se verificó en esa iglesia lo celebró el Rvdo. Félix de Caspe, quien servía el curato de Carata-cuar, el 12 de abril de ese año.

Según los registros parroquiales que hemos tenido a la vista, esta capilla fue visitada por los siguientes prelados: Illmo. Pedro Martínez de Oneca, en abril de 1759, siendo su secretario el doctor Bernardo Francisco Arias; Illmo doctor Mariano Martí, con su secretario el doctor Felipe Sánchez, en junio de 1765 y en marzo de 1773 el Illmo. doctor Fray Manuel Jiménez Pérez, siendo su secretario de Cámara y Visita el Pbro. doctor Felipe Joaquín Ramírez: Obispos todos de la Diócesis de San Juan de Puerto Rico y sus anexos.

Esta segunda iglesia quedó destruida por el terremoto del 14 de diciembre de 1797, que tanto estrago hizo en la ciudad de Cumaná.

Al hablar de las iglesias de Carúpano, dice el Pbro. doctor Ramos Martínez: “la primera iglesia parroquial se inau¬guró el Viernes del Concilio, en 1743, que en ese año cayó el 5 de abril. Esta iglesia fue edificada en el lugar llamado hoy cementerio viejo, frente al cementerio actual, la dejó muy arruinada el terremoto de la noche del 14 de diciembre de 1797; motivo muy poderoso, junto con el notable desenvolvimiento de la población, para que se pensase en levantar un templo nuevo en el lugar en que existe hoy la Parroquial, el cual templo estaba ya en fábrica para el mes de setiembre de 1803”.

Gobernadores de la Nueva Andalucía desde su fundación, fueron los siguientes:

Diego Fernández de Serpa      1569-1570

Juan Rengel, Hernán López de Pedroza, Alcaldes .. 1570-1572

Adriano de Padilla      1572-1573

García Fernández de Serpa     1573-1576

Pedro Pérez de Almazán         1576-1585

Rodrigo Manuel Núñez Lobo 1586-1588

Francisco de Vides, Juez pesquizador, Domingo

González, alcalde, Vasco de Silva, alcalde .... 1590-1592

Francisco de Vides 13 1592-1600 

Diego Fernández de Serpa era natural de la Villa de Palos y había estado ya varias veces en Tierra Firme. Llegó de España con su mujer e hijos en 1524 y se residenció en Cubáua (Nueva Cádiz). En 1530 acompañó a Diego de Ordaz en la expedición de éste por el río Orinoco y desbaratada la empresa, regresó a su hogar. Desde entonces hasta 1537 se le ve de recorrida con una armada vigilando las costas de Margarita, Maracapana, Puerto Rico y Santo Domingo. Luego pasa a Quito y en esas regiones reside ocho años. Para 1546 se halla en el Nuevo Reino de Granada. Ocurre a Santo Domingo y allí la Audiencia, en 1548, le faculta para emprender la conquista de Guayana. Regresa a Cubáua y sigue a Maraca-pana (Tierra- Firme) ; pero allí recibe órdenes de suspender el descubrimiento para el cual estaba autorizado. Harto contrariado se dirige a Margarita y entrega a su gobernador las licencias, que fueron canceladas. En esto, Juan de Villegas, a la sazón Teniente gobernador y Capitán general de Venezuela, nómbrale (1551) Alcalde ordinario y Capitán de guerra de Maraca-pana. Empren¬de luego una expedición hacia El Tocuyo y ayuda a fundar la Nueva Segovia (Barquisimeto) y el pueblo de San Pedro de las Minas de Buría. En 1553 contribuye a destruir la rebelión del negro Miguel y para 1561 se le vuelve a encontrar en Maraca-pana con el carácter de Alcalde.

Refundada la Nueva Córdova en 1562, resigna el mando y se dirige a España en 1564. En la península le pide al Rey la conquista y población de Guayana y Caura, lo que le fue concedido. En 1569 funda a Cumaná, a orillas del río Chiripichi el 24 de noviembre y el 10 de mayo del año siguiente muere a manos de los indios, al comenzar su expedición conquistadora.14 El P de febrero de 1562, siete años antes, se habían reunido los vecinos de Nueva Córdova bajo la dirección del

B Luis Alberto Sucre, Cumaná, sus Gobernadores y Capitanes generales en el siglo XVI, Caracas, 1929.

14Documentos del Archivo General de Indias, Sevilla, compulsados por Fray Froilán de Rio Negro, existentes en la Academia Nacional de la Historia, Venezuela, Caracas, volumen 25.

Provincial Fray Francisco Montesinos, e hicieron la elección de Justicia mayor y Regimiento, en presencia del Escribano público y de Consejo Hernán López de Pedrosa.

Esa elección dio el siguiente resultado: Alcalde mayor, Bartolomé López, quien reemplazó a Diego Fernández de Serpa; Regidores: Juan del Valle y Martín Sánchez; Procurador, Juan González; Alguacil mayor, Andrés del Valle; y Contador, Juan Ventura del Valle.

En virtud de lo establecido por Reales cédulas, años después asumió la Gobernación de la Nueva Andalucía García Fernández de Serpa, hijo del Capitán fundador. García Fer¬nández dice al Rey en carta fechada en Santo Domingo el 5 de marzo de 1574, que para proseguir el descubrimiento de Guayana, “muerto el Gobernador Diego Fernández de Serpa, mi padre... yo vine a hacer lo mismo conforme a la merced que V. M. de esta Gobernación hizo al dicho mi padre y a mí después de sus días, a lo cual yo vine a quince días del mes de setiembre del año pasado de setenta y tres.

Discurriendo sobre la expedición del capitán Diego Fer-nández de Serpa, trascribimos los siguientes conceptos, que consideramos muy juiciosos para el estudio del carácter cumanés:

“Preciso es recalcar que no fue la expedición de Serpa, ni lo fueron muchas de las venidas a conquistar y poblar a Venezuela, formadas como se ha dicho, por hombres de baja ralea, presidiarios escapados de las cárceles, pillos, malandrines y jugadores fulleros, nó; porque aunque España si cometió el error de mandar a América gente de esa condición, fue más tarde, y en guarniciones militares accidentales. Los que venían con Serpa traían permiso del rey, y respondían a lo prescrito por las Leyes de Indias; eran casi todos casados y llegaron con sus familias en busca del bienestar que Europa les negaba; en su mayor parte hombres engañados por la fama que corría de hallarse en América, fácil y prontamente, la gloria y el oro que ambicionaban; dotados de todo el valor, la energía y la audacia necesarios a realizar el ideal de fortuna y renombre que se forjaron, impulsados por aquel espíritu de aventuras que diera a España el más vasto imperio del globo y glorias tan brillantes como las de Colón y Cortés, y tan puras como las del Padre Las Casas. Sin duda que entre ellos también hubo, como en toda comunidad humana, facinerosos, picaros y codiciosos; pero en la misma proporción que en el resto de la población de España, con los vicios y los defectos de su época; productos los unos y los otros de una sociedad que brilló por su cultura entre los pueblos más avanzados.18

Por real cédula fechada en San Lorenzo a 3 de julio de 1591, concedióle Felipe II título de ciudad a Cumaná y le otorgó su correspondiente escudo de armas. La mitad de este escudo lo constituye “una cruz roja en campo de oro y el hueco de ella lleno de perlas y en lo bajo ondas del mar, y en la otra mitad un tigre de oro rampante en compo azul y alrededor de dicho escudo ocho cabezas de águila y encima de él la figura de Santa Inés, abogada y patrona de dicha ciudad”.  

Provincial Fray Francisco Montesinos, e hicieron la elección de Justicia mayor y Regimiento, en presencia del Escribano público y de Consejo Hernán López de Pedrosa.

Esa elección dio el siguiente resultado: Alcalde mayor, Bartolomé López, quien reemplazó a Diego Fernández de Serpa; Regidores: Juan del Valle y Martín Sánchez; Procurador, Juan González; Alguacil mayor, Andrés del Valle; y Contador, Juan Ventura del Valle.

En virtud de lo establecido por Reales cédulas, años después asumió la Gobernación de la Nueva Andalucía García Fernández de Serpa, hijo del Capitán fundador. García Fer¬nández dice al Rey en carta fechada en Santo Domingo el 5 de marzo de 1574, que para proseguir el descubrimiento de Guayana, “muerto el Gobernador Diego Fernández de Serpa, mi padre... yo vine a hacer lo mismo conforme a la merced que V. M. de esta Gobernación hizo al dicho mi padre y a mí después de sus días, a lo cual yo vine a quince días del mes de setiembre del año pasado de setenta y tres.

Discurriendo sobre la expedición del capitán Diego Fer-nández de Serpa, trascribimos los siguientes conceptos, que consideramos muy juiciosos para el estudio del carácter cumanés:

“Preciso es recalcar que no fue la expedición de Serpa, ni lo fueron muchas de las venidas a conquistar y poblar a Venezuela, formadas como se ha dicho, por hombres de baja ralea, presidiarios escapados de las cárceles, pillos, malandrines y jugadores fulleros, nó; porque aunque España si cometió el error de mandar a América gente de esa condición, fue más tarde, y en guarniciones militares accidentales. Los que venían con Serpa traían permiso del rey, y respondían a lo prescrito por las Leyes de Indias; eran casi todos casados y llegaron con sus familias en busca del bienestar que Europa les negaba: en su mayor parte hombres engañados por la fama que corría de hallarse en América, fácil y prontamente, la gloria y el oro que ambicionaban; dotados de todo el valor, la energía y La audacia necesarios a realizar el ideal de fortuna y renombre que se forjaron, impulsados por aquel espíritu de aventuras que diera a España el más vasto imperio del globo y gloría? tan brillantes como las de Colón y Cortés, y tan puras como las del Padre Las Casas. Sin duda que entre ellos también hubo, como en toda comunidad humana, facinerosos, pican» y codiciosos; pero en la misma proporción que en el resto de la población de España, con los vicios y los defectos de su ércca: productos los unos y los otros de una sociedad que brilló por su cultura entre los pueblos más avanzados.13

Por real cédula fechada en San Lorenzo a 3 de julio ¿e 1591, concedióle Felipe II título de ciudad a fumará y le otorgo su correspondiente escudo de armas. La mitad de este escudo lo constituye “una cruz roja en campo de oro y eí hneeo de ella lleno de perlas y en lo bajo ondas del mar. y en a jtra mitad un tigre de oro rampante en compo azul y alrededor de dicho escudo ocho cabezas de águila y encima de el a f rm. de Santa Inés, abogada y patrona de dicha ciudad”.

 

CAPITULO II

 

Ataques de naves inglesas al puerto de Carúpano — Guarnición militar — Sus primeros Comandantes en 1742-1745 — El Gobernador Espinosa de los Monteros — Primeros Tenientes Justicia — Carúpano bajo la jurisdic¬ción de Río Caribe — Acta de la visita del Gobernador — El escribano Diego Antonio de Alcalá — La familia Alcalá — Principales moradores de Carúpano — El historiador Caulín — Pueblos de la Provincia de Nueva Andalucía — Lo que dijo el Virrey de Santa Fe sobre Carúpano — Lo que escribió el Gobernador Diguja Villa¬gomez — Pueblos, iglesias y haciendas — Corregidores de San José — El oidor Chávez y Mendoza — Fundación de pueblos — Protectores de Indios — Nómina de los Gobernadores de la Provincia en los siglos XVII y XVIII.

Por los años de 1740 y 1741 varias veces fue atacado por naves inglesas el puerto de Carúpano-Arriba, que es el actual Carúpano. En atención a ello, el Gobernador de la Provincia Gregorio Espinosa de los Monteros, quien había llegado a Cumaná en junio de 1740, dispuso la organización de un cuerpo de milicianos, que con algunos oficiales y soldados de la guarnición de la capital y de la Real Fuerza de Araya, sirviesen de defensa al pueblecillo de Carúpano-Arriba y a su puerto. Los primeros ataques ingleses habían sido rechazados únicamente por los vecinos. Hizo más Espinosa de los Mon teros: ordenó que una guarnición permanente de dos compañías se situase allí mientras durase la guerra entre España e Ingla¬terra. Las primeras compañías llegaron en 1742 y estaban al mando de los capitanes Manuel de Acosta y Espinosa y Thomé de la Rivera, Oficiales Reales que habían servido anteriormente en Margarita.

El Gobernador había arribado, como se dijo, en 1740, a la ciudad de Cumaná, acompañado de su segunda esposa Ana de Cubas y Palacio, de los tres hijos de su primer matrimonio y de algunos familiares más; y queriendo cerciorarse de las necesidades de los pueblos de su Gobierno y del estado militar de ellos, salió en visita con el escribano Real y de Gobierno Diego Antonio de Alcalá. Llegó a Carúpano en marzo de 1745. Allí pasó revista a los 132 hombres de guerra que componían la guarnición, al mando para entonces de los capitanes Tomás José de la Carrera y Antonio Jiménez y Orne, siendo Teniente Justicia de Río Caribe con jurisdicción sobre Carúpano, el capitán Gaspar Jerónimo del Rosal, por enfermedad del titular capitán Antonio Márquez de Valenzuela.

Del acta de la expresada visita, levantada el 30 de dicho mes, por el mencionado Escribano, tomamos lo siguiente:

“Y habiendo pasado la matrícula y revista, se hallaron ciento treinta y dos hombres de armas, en 142 familias con 520 almas dispersas en diversas casas de campo donde tienen sus labranzas, y treinta casas inmediatas al puerto, como media legua de distancia, en el cual mantienen una guardia y casa para su recogimiento. Todas las citadas casas pajizas, el sitio muy bueno y saludable, ameno, buenas aguas, y en el expre¬sado puerto se hallan diez y ocho casas con sus vecinos; y los caminos son peligrosos en tiempo de invierno por tenerlos en los canales de los mismos ríos; todos los referidos vecinos son útiles y hábiles para el manejo de las armas y defensa de invasiones de enemigo, cuyos desembarcos han defendido varias veces, y defienden cada vez que se ofrezca”.

Este Diego Antonio de Alcalá, bautizado en Cariaco el 11 de marzo de 1695, fue hijo de Pedro de Alcalá Márquez de Valenzuela y de Andrea de Guevara Soberanis. Pedro a su vez, fue hijo del Alférez Real Juan de Alcalá, malagueño, fundador de la familia en Cumaná, casado con Isabel Márquez de Valenzuela, el 13 de febrero de 1669. Isabel Márquez, así como sus hermanos el Pbro. Lorenzo, el capitán Antonio y María, fueron hijos del capitán José Márquez de Valenzuela Arana y de Ginesa de Villafranca Pacheco y Vetancourt, hija ésta de Gaspar de Villafranca y de María de Vetancourt y Serpa.

María de Vetancourt y Serpa, hija del capitán Diego de Vetancourt y de Inés Fernández de Serpa, era nieta de Garcí Fernández de Serpa por la parte materna.

Desde 1600 hasta veinticinco años más tarde, figuró en Santo Tomé de Guayana, otro Juan de Alcalá, que era Escribano Real y de Gobierno. Con tal carácter actuó durante las Admi-nistraciones guayanesas de Fernando de Berrío y Oruña, Sancho de Alquiza, Diego Palomeque de Acuña y otra vez Femando de Berrío y Oruña. Deudos de este Escribano Real, que para 1618, contaba más de cincuenta años, fueron Juan y Jacinto Jiménez de Alcalá e Isabel de Alcalá, hermana de éstos, casada con Lucas Bravo de Acuña, todos defensores de la ciudad cuando la invasión de la expedición de Walter Raleigh al mando inme¬diato del capitán Lorenzo Keymis.

El Alférez Real Juan de Alcalá acaso era también deudo de todos esos Alcalá; pero ignoramos si residió en Guayana y si de allí o si directamente de España llegó a Cumaná.

Diego Antonio de Alcalá Guevara Soberanis, casó en Cumaná el 7 de mayo de 1716 con Isabel María Rendón Sar-miento, ejerció desde 1734 hasta más de medio siglo después, de Escribano Público, de Gobierno, de Cabildo, de Visitas, de Registro y de Hacienda. De su matrimonio nacieron varios hijos, entre ellos: Pedro, que fue Guarda Mayor, por más de treinta años; Antonio, quien, como su padre, fue Escribano y asimismo Tesorero de las Reales Cajas; Juan Bautista, que fue Teniente Justicia de Carúpano, Justicia Mayor y Jefe de las Armas en Río Caribe, Corregidor de Píritu y Clarines y Alcalde Mayor de Cumaná; María Josefa, quien casó con Francisco Mateo Guerra de la Vega, Teniente Justicia de Carúpano y Justicia Mayor de Río Caribe; Isabel María, que casó con Manuel Sán¬chez Ramírez de Arellano, Ayudante Mayor de la Plaza de Cumaná; y María de Alcalá Guevara Soberanis y Rendón Sar¬miento, la fundadora, en 1778, de la instrucción pública en Cumaná.

 

Pedro de Alcalá Rendón Sarmiento, casó en abril de 1752, con Jerónima Sánchez Ramírez de Arellano; Antonio su hermano, con Inés Catalina de Mayz y Candía, y en segundas nupcias con Catalina Sánchez Ramírez de Arellano. Hijos de su primer matrimonio fueron: Francisco y Ana María de Alcalá Mayz. Este Francisco de Alcalá Mayz Corregidor de San José y Casanay y Capitán del pueblo de Caripe, contrajo matrimonio con Francisca Lucía Bermúdez de Castro y Casanova.

Miembros de esta misma familia Alcalá fueron: José Francisco de Alcalá Márquez de Valenzuela, hijo del fundador de la familia, casado con Juana Rengel Ponce de León; Esteban de Alcalá Rengel y Ponce de León, quien casó con María Mag¬dalena del Rosal y Vetancourt; Rudesinda de Alcalá y del Rosal, casada con el capitán Francisco de Vetancourt y Figueroa; José de Jesús Alcalá Bermúdez, biznieto de Diego Antonio de Alcalá Márquez de Valenzuela, quien contrajo matrimonio con Fran¬cisca Lucía Sánchez de Torres y Guerra de la Vega; Fray Diego de Alcalá, Prior del Convento de Dominicos de Cumaná; Pbro. Antonio Patricio de Alcalá Centeno y Loaiza, Vicario Superin¬tendente de los anexos ultramarinos del Obispado de Puerto Rico; el Pbro. doctor Diego Antonio de Alcalá, Cura que fue de la Asunción de Margarita; el Pbro. bachiller Silverio de Alcalá, Cura y Vicario de Cariaco; Diego Antonio de Alcalá Figuera de Casares, Corregidor de Píritu y Clarines; Juan Bautista de Alcalá Sánchez Ramírez de Arellano, hijo del capitán Antonio de Alcalá Guevara Soberanis y Rendón Sarmiento y de Catalina Sánchez Ramírez de Arellano; José Miguel de Alcalá Sánchez Ramírez de Arellano, Administrador en Carúpano de la Real Hacienda, desde 1791 hasta 1810, hijo de Pedro de Alcalá Rendón Sarmiento y de Jerónima Sánchez Ramírez de Arellano, José Gabriel de Alcalá Sánchez, primo de José Miguel y de María Manuela de Alcalá Sánchez, esposa ésta del coronel Vicente de Sucre Urbaneja, padres del Mariscal de Ayacucho. José Gabriel de Alcalá fue de los firmantes del Acta de la Independencia Nacional, casado en primeras nupcias con Ana Teresa Ramírez Guerra de la Vega, y en segundas con Basilia Espinosa. Sus hijos José y Francisco fueron Proceres de la Emancipación Patria. José hizo las cam¬pañas de Venezuela, Nueva Granada, Quito y Perú, resultando herido en la batalla de Ayacucho.

Andrea de Guevara fue hija del capitán Diego de Guevara Soberanis y de Ana de Vides, cuyo enlace matrimonial se veri¬ficó en Cumaná el 25 de marzo de 1658. Andrea casó con Pedro de Alcalá Márquez de Valenzuela el 14 de octubre de 1685. Francisco de Guevara Soberanis y Vides, hermano de Andrea, también cumanés, se residenció en Margarita, donde fundó hogar contrayendo matrimonio con Rosa de Amarita, en 1695. Todos estos Guevara eran descendientes del capitán conquistador Juan Niño Ladrón de Guevara, casado con Luisa García Cuaresma de Meló.

José Miguel de Alcalá Sánchez Ramírez de Arellano casó con María Manuela Mejia de la Co va, hija de Fernando Mejia del Bastardo y Loaiza y de Ana Jacinta de la Cova.

Por lo transcrito del acta de la visita del Gobernador Espinosa de los Monteros, aparece que Carúpano tenía para 1745, treinta casas, más diez y ocho en el Puerto y otras diseminadas en las labranzas de los caseríos vecinos, todas de techo de palmas y en las cuales residían 142 familias con quinientas almas. Tres lustros más tarde se verá crecer la población hasta alcanzar el número de 928 personas en 187 familias, morando en 168 casas. La mayor parte de esos pobla¬dores era de Margarita con algunos llegados de Cumaná y una media docena de europeos. Según los Registros parroquiales de Santa Rosa de Carúpano, eran vecinos principales para 1740-1750, las siguientes personas:

A — El capitán Manuel de Acosta y Espinosa, coman¬dante de la guarnición de la plaza, el Ayudante Félix de Acosta y Espinosa, su hijo, casado con Luisa Antonia de la Carrera y Casanova, Francisco de Acosta y Espinosa y su esposa Rosa María del Campo y Navarro, Pedro Nolasco de Acosta, Juan Bautista de Alcalá Rendón Sarmiento y su mujer Serafina Figuera de Cáceres, Francisco de Alcalá Mayz y Francisca Lucía Bermúdez de Castro y Casanova, José de Aguilera y Dominga de Urrestre, Andrés Jacinto de Aguilera y María Nico- lasa Amundaray, José Antonio Alvarez y Ana María González, Nicolás de Amarita y Juana de Rivas.

Francisca Lucía Bermúdez de Castro y Casanova, hija de Bernardo Bermúdez de Castro y Guillén de Arjona y de María Manuela Casanova y Bellorino. El tronco de la familia Bermúdez de Castro en Venezuela, fue Bernardo Bermúdez de Castro y Lovera, natural de Galicia, hijo de Antonio Ber¬múdez de Castro, Marqués de San Tirso, en El Ferrol, empa¬rentado con la ilustre familia matritense de Camarazar, y de Bernarda de Caamaño y Taboada Ulloa. Bernardo Bermúdez de Castro y Lovera casó con Casilda Gil de la Gotera y Cornejo. Este matrimonio procreó a Agustín Bermúdez de Castro y Gil de la Gotera, quien casó con Petronila Guillén de Arjona y Zea, padres de Bernardo Bermúdez de Castro y Guillén de Arjona, casado con María Manuela Gasanova y Bellorino, hija del capitán Juan Bernardo de Casanova y de Juana María Bellorino. Hijos de Bernardo Bermúdez de Castro y de María Manuela Casanova fueron: Rosa Casilda, casada con su primo Juan Francisco de la Carrera y Casanova; Francisca Lucía, con Francisco de Alcalá Mayz; Francisco Antonio, con Josefa Antonia Figuera de Cáceres y Sotillo Verde; Graciosa, con Francisco Jerónimo del Rosal, en primeras nupcias; y Rosalía, con José Francisco López de Brito.

El Marqués de San Tirso (no Santiso ni Santiago, como han escrito algunos) fue hijo de Antonio Bermúdez de Castro y de Mariana de Mercado; y este Antonio lo fue de Sancho Riobó Bermúdez de Castro y de Elvira de Lobera. Bárbara Bermúdez de Castro y Gil de la Gotera, casada en Margarita con Clemente Gómez de Saa (hijo de Pedro Gómez de Saa y de Juana Fermín de Vidrobo) era hermana de Agustín y de Ber¬nardo Bermúdez de Castro y Gil de la Gotera. Este último es el fundador de la familia Bermúdez en Margarita, casado con Mariana Malvar Sedeño de Alba. Estos tres Bermúdez de Castro fueron padre y tíos de los Bermúdez de Castro y Guillén de Arjona. Mariana Malvar Sedeño de Alba fue hija de Juan Malvar y de María Sedeño de Alba, margariteños. Del matrimo¬nio Bermúdez-Malvar, nacieron: Pedro, Domingo, Bernardo, Margarita, Josefa, Gertrudis, Rosa, María Bernarda, Gregoria, Rosalía, Bárbara, Ana, casada con Juan de Aguirre, y María Rita.

El cadete margariteño a que se refiere el Boletín del Archivo Nacional, número 38, en la página 159, no es abuelo de los Bermúdez de Castro y Figuera de Cáceres. Acaso sea nieto de Bernardo Bermúdez de Castro y Gil de la Gotera, her¬mano de Agustín, abuelo de aquellos.

Lorenzo Bermúdez de Castro y Guillén de Arjona casó con Ana Felipa Arismendi, y fueron padres de Bernardo Ber¬múdez Arismendi, quien contrajo matrimonio en Río Caribe con su parienta Josefa Sedeño de Alba.

También pertenecen a esta misma familia Bermúdez de Castro las siguientes: Bermúdez Luces, Bermúdez Rodríguez, Bermúdez Sanda, Rodríguez Bermúdez, Level Bermúdez, Guerra Bermúdez, Alcalá Bermúdez, Bermúdez Alcalá, Vigas Bermúdez, Bermúdez Sayol, Bermúdez Lecuna, Bermúdez Graü, Bermúdez Umérez, Pérez Bermúdez, (caraqueños), Bermúdez Aristeguieta, Bermúdez Serrano, Bermúdez Rodil, Sánchez Bermúdez, Ber-múdez Herrera, Pereda Bermúdez y otras.

B — Lorenzo Bermúdez de Castro y Guillén de Arjona y Ana Felipa Arismendi, Tomás Brazón y Andrea Hernández, Sebastián de Balboa, Luis José Bravo y Helena de la Rosa, Santiago Bravo y María Guilartc, Tomás Bravo y María Pe¬tronila España.

C — Pbro. Juan Crisóstomo de la Carrera y Casanova, hijo del capitán Tomás José de la Carrera Vizcaino y de Juana Margarita Casanova, Gregorio José Joaquín de la Carrera y Casanova e Ignacia Jacinta Jiménez y Orne, Juan Francisco de la Carrera y Casanova y Rosa Casilda Bermúdez de Castro y Casanova, Pbro. Lorenzo José Coronado y su hermana Cán¬dida María Coronado, José Miguel del Castillo y Antonia de

 

Nota: La idea es recuperar el documento lo más que se pueda de manera digital, para que pueda ser aprovechado por los estudiantes de carupaneros y personas interesadas.

Pedro Alcázares; con el uso de las nuevas tecnologías se puede hacer mucho. Esta sería la primera parte.

Imágenes actuales de Carúpano